Holda
En las leyendas populares y en los cuentos infantiles, Frau Holda (Hulda, Holle, Hulle, Frau Holl) aparece como un ser superior, que manifiesta una disposición amable y servicial hacia los hombres, y nunca se contraría excepto cuando nota desorden en las tareas domésticas. Ninguna de las razas germánicas parece haber conservado estas tradiciones orales tan extensamente como los Hessianos y los Thuringianos (aquel obispo de Worms era nativo de Hesse). Al mismo tiempo, la dama Holle se encuentra tan lejos como en el Voigtland, pasado el monte Rhön al norte de Franconia, en el Wettertau hacia arriba en la Westerwald, y desde Thuringia cruzando la frontera de la Baja Sajonia. Swabia, Suiza, Baviera, Austria, Sajonia Norte y Friesland no la conocen por ese nombre.
De las tradiciones que han llegado a nosotros, reunimos las siguientes características: Frau Holle es representada como un ser del cielo, unida a la tierra; cuando nieva, está haciendo su cama, y las plumas en ella vuela. Agita la nieve, igual que Donar hace la lluvia: los griegos adscribían la producción de nieve y lluvia a su Zeus: así que Holda viene a nosotros como una diosa sin rango equivalente. La comparación de los copos de nieve con plumas es muy Antigua; los escitas decían que las regiones al norte de ellos eran inaccesibles, porque estaban llenas de plumas. Holda entonces debe ser capaz de moverse a través del aire, como la dama Herke.
Le encanta frecuentar el lago y la fuente; a la hora del mediodía puede ser vista, una hermosa dama blanca, bañándose en la corriente y desapareciendo; un rasgo en el que nos recuerda a Nerthus. Los mortales que llegan a su morada pasan a través del pozo, confiriéndole el nombre de wazzerholde.
Otro punto similar es que ella conduce un carro. Tiene un eje que le puso un aldeano que ella conoce; cuando él cogió las astillas, éstas eran de oro. Su progreso anual, como el de Herke y Bertha, se hace para caer entre Navidad y el Duodécimo Día, cuando lo sobrenatural tiene su dominio, y las bestias salvajes como el lobo no son mencionadas por su nombre, trayendo fertilidad a la tierra. De modo distinto a como “Derk con el jabalí” parece ir en sus recorridos, como Freyr de los Países Bajos, y vigilar los arados. Al mismo tiempo Holda, como Wuotan, puede también cabalgar los vientos, vestida de terror, y ella, como el dios, pertenece a la “wutende heer”, la Cacería Salvaje.
De ahí viene el dicho de que las brujas cabalgan en compañía de Holla; también es sabido en Burchard, y ahora en el Alto Hesse y el Westerwald, que la cabalgata-Holle, cabalgar con Holle, es equivalente a una cabalgata de brujas. Dentro de la misma “hueste furiosa”, de acuerdo a una creencia popular muy extendida, son adoptadas las almas de los infantes que mueren sin bautizar; sin haber sido cristianados permanecen heathen, y caen ante los dioses heathen, bajo Wuotan o bajo Hulda.
El siguiente paso es, que Hulda, en vez de su forma divina, asume la apariencia de una vieja mujer fea, de larga nariz, grandes dientes, con el pelo erizado y espeso y enmarañado. “Ha tenido una excursion con Holle”, dicen de un hombre cuyo cabello se eriza desordenado y enredado; así como se dice a los niños para asustarlos con ella o con su horrenda compañía: “silencio, ahí está Hulle-betz (-bruin), Hulle-popel (-bogie) está llegando”.
Holle-peter, así como Hersche, Harsche, Hescheklas, Ruprecht, o Rupper son algunos de los nombres que se dan al silencioso servidor que aparece en la compaña de Holle alrededor del Solsticio de Invierno. En un cuento infantil ella es descrita como una vieja bruja con largos dientes; de acuerdo a esta diferente historia, su aspecto gracioso y amable se cambia por uno oscuro y espantoso.
De nuevo, Holla está sentada ante nosotros como una hilandera; se le asigna el cultivo del lino. Se presenta ante las doncellas industriosas con husos, e hila con carretes llenos para ellas toda la noche; la rueca de la hilandera holgazana, la echa al fuego, o la ensucia. A la niña cuya rueca cae en su fuente, es recompensada copiosamente por ella. Cuando llega a la tierra en Navidad, todas ruecas están bien abastecidas, y se dejan arregladas para ella; en Carnaval, cuando vuelve a su casa, todo el hilado debe estar terminado, y las ruecas se ponen fuera de su vista; si ella encuentra las cosas como deben ser, pronuncia su bendición, y si la contrarías pronuncia su maldición; las fórmulas “¡tantos pelos, tantos buenos años!” y “¡tantos pelos, tantos malos años!” tienen un sonido antiguo. Aparentemente se han mezclado dos cosas en una, cuando se nos dice también que durante las “doce-noches” ningún lino debe ser dejado en la rueca, o dama Holla vendrá. La ocultación de los aparejos muestra al mismo tiempo la sacralidad de su festividad, que suele ser un tiempo de descanso. En los montes Rhön, no se realizan trabajos de granja el Sábado de Hulla, ni se usa la azada, ni se echa el abono, ni “se conduce el equipo lejos”. En el Norte también, desde el día de Yule al día de Año Nuevo, ni la rueda ni el cabestrante deben girar.
...
De más peso quizá sean los cuentos noruegos y daneses acerca de una esposa de bosque o de montaña llamada Hulla, Huldra, Huldre, a quién veían primero como hermosa y adorable, y luego de nuevo como vieja y sombría. Con un vestido azul y velo blanco visita los campos de pasto de los pastores, y se mezcla en los bailes de los hombres; pero su imagen es desfigurada por un rabo, el cual se toma mucho cuidado en disimular. Algunos textos la hacen hermosa por delante y fea por detrás. Ama la música y las canciones, su canto tiene una melodía lúgubre y es llamado huldreslaat. En los bosques ves a Huldra como una mujer vieja vestida de gris, marchando a la cabeza de su rebaño, con el cubo para la leche en la mano. Se dice que se lleva a los niños no cristianados de la gente lejos de ellos. A menudo aparece, no sola, como una dueña o reina de los espíritus de la montaña, que son llamados huldrefolk.
En Islandia también conocen a esta Huldrufôlk, de los Huldumenn; y aquí encontramos otro punto de acuerdo con la fe popular de Germania, a saber, que al lado de nuestra dama Holde hay también holden, esto es, espíritus amistosos, una silenciosa gente subterranean, de quienes la dama Holde, por así decirlo, es la princesa. Por esta razón, si no otra, debe ser más correcto explicar que el nombre nórdico Hulla, Huldra viene del antiguo nórdico hollr [[fiel, leal]] refiriéndose así a la morada subterranean de los espíritus de la montaña. En las canciones folklóricas suecas encuentro “huldmoder, hulda moder” dicho de la madre real de uno en el mismo sentido que kära (querida) madre; así que huld debe haber tenido casi el mismo significado que nuestra palabra alemana. Parece ser que el témino huldufôlk fue importado a la lengua islandesa desde la danesa o noruega. Es más difícil explicar la R insertada en las formas Huldra, Huldre: ¿salió de la forma plural holder (boni genii, hollar vættir)?¿O resultó de una composición?
La Holda alemana preside sobre el hilado y la agricultura, la Hulle nórdica sobre el pastoreo de ganado y el ordeño.
Mitología Teutónica de los Hermanos Grimm, Capítulo 13, 4. Holda, Holle.